Palabras

palabras por palabras, palabras vacías, palabras vagas.

palabras que no contienen espíritu, que no transmiten nada.

palabras que no son besos, palabras que no me llaman.

nos debemos a las palabras, nada escapa a ellas. pensamos en palabras, y nos comunicamos con ellas. 

si existo luego de pensar, existo luego de usar palabras, de reconocerlas, de darles contenido.

y el contenido mismo se vuelve vago al plasmarlo, algo se pierde en ese inevitable transcurso. algo que se puede interpretar junto con una emoción, junto con un gesto, con una mirada, pero nunca solo. me debo a las palabras, pero las odio. las odio y las amo, por necesarias. 

y solo aquellas en las cuales la emoción esta impresa con más fuerza, las cuales se formulan a través de un sentimiento; solo aquellas lograran convenir lo que pretenden, y llegar al que las lee. es así que las palabras se vuelven bellas, es así que llegamos a apreciarlas, es aquí que se vuelven humanas.

Eterno e infinito

amagando prejuicios emerjo intacto.

tanta fuerza y tan poco impacto.

inquietante respuesta tan simple y clara,
a una pregunta tan complicada.

saliendo hacia tu tumba muero yo primero,

estatuas lánguidas lloran mi muerte.

sabiendo de antemano mi destino evoco el pasado,

nunca llegará eso que no existe, nunca viviré donde no estoy.

son solo cosas que pienso cuando estoy solo.

cosas que miento cuando estoy con vos.

cosas que escondo cuando estoy con ellos.

cosas que duelen, que marcan, que asignan, que llevan.

no existen hoy, ni ahora, y entonces no son,

no son como soy yo, eterno e infinito.

Nunca será

melancolía de un amor que nunca fue,

un amor que no debía ser.

vislumbré su luz brillante a lo lejos,

resulto ser un espejismo.

destrozo mi carne para escaparla,

explota mi pecho, hace estragos en mi cabeza.

nada sirve.

no fue y no debió ser, nunca será si no es.

de nada sirven las conjeturas en un juego que no avanza.

y se agotarán las arenas de los relojes, 

todo en el universo deberá ser y pasar,

y se agotarán las aguas en los cielos,

todo en la tierra perecerá y renacerá,

y mi amor no se dará nunca, nunca si no es.

Paranoia

una nueva clase de paranoia surge en lo más profundo de mi persona.

paranoia que contiene, como toda paranoia, la posibilidad de realidad que la vuelve redundante.

me siento inmerso en una red de mentiras tan complicada, tan enmarañada, que me es imposible entenderla.

me es imposible siquiera ser consciente de su real magnitud y alcance. o quizás es solo paranoia. 

detecto en tantas cosas un detalle siniestro, una intención paralela, una pista que me dice que alguien está manejando los hilos a su antojo, lo siento pero no lo quiero creer. quizás es solo paranoia. 

se me hace imposible aceptarlo del todo, será un dejo intrínseco de romanticismo que no me permite perder la fé del todo. será que me niego a creer en una maldad tan pura, en un alejamiento tan palpable de la humanidad que parecen tener algunos, tantos, seres humanos. dejando de lado la hipocresía propia de quien no pretende ser perfecto, pero solo por ser humano, por padecer esta condición que lo imposibilita de no cometer errores. pero ajeno a la maldad que pueda motivar acciones a pesar de otros, por encima de otros; ajeno a la completa falta de caridad, a la completa falta de reconocimiento de un par. 

todo parece viciado. en tiempos en que nos mienten de un lado, nos mienten del otro, siento que lo único que quieren los que mienten, es separarnos a todos. convencernos de que no existe un mundo que escapa a la malicia de los intereses creados propios y egoístas. convencernos de que la vida es esa, de que somos todos contra todos, de que el hombre es el lobo del hombre. quizás es así, y entregado al amargo convencimiento de que puede no serlo, me encuentro de esta manera. pero quizás no lo es, y solo nos lo quieren hacer creer.